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La importancia de tratar la rinitis alérgica

La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa nasal causada por una reacción del sistema inmunitario a sustancias que se inhalan y que se llaman alérgenos. Los síntomas más comunes son estornudos, goteo o congestión nasal, picor en la nariz, los ojos o la garganta, y lagrimeo.

La rinitis alérgica puede afectar negativamente a la calidad de vida de las personas que la padecen, ya que puede interferir con el sueño, el rendimiento escolar o laboral, y las actividades sociales. Además, puede aumentar el riesgo de desarrollar otras enfermedades respiratorias como el asma, la sinusitis o la otitis.

Por eso, es importante tratar la rinitis alérgica de forma adecuada y personalizada. El tratamiento se basa en cuatro pilares: evitar el alérgeno, usar medicamentos, aplicar inmunoterapia específica y recurrir a la cirugía en casos seleccionados.

Evitar el alérgeno significa reducir o eliminar el contacto con la sustancia que provoca la alergia. Esto puede ser difícil o imposible en algunos casos, como cuando se trata de alérgenos muy comunes o presentes en el aire, como el polen, los ácaros del polvo o los hongos. Sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para disminuir la exposición, como usar filtros de aire, limpiar frecuentemente la casa, evitar fumar o estar cerca de humo, y consultar los niveles de polen antes de salir al exterior.

Usar medicamentos implica tomar fármacos que alivian los síntomas de la rinitis alérgica y previenen las complicaciones. Los más utilizados son los antihistamínicos, que bloquean la acción de la histamina, una sustancia que libera el organismo durante la reacción alérgica y que produce inflamación y picor. Los antihistamínicos se pueden administrar por vía oral o nasal, y suelen ser efectivos y seguros. Otros medicamentos son los corticoides nasales, que reducen la inflamación y el goteo nasal; los descongestionantes, que alivian la congestión nasal; y los cromones nasales, que estabilizan las células que liberan histamina.

Aplicar inmunoterapia específica consiste en administrar dosis progresivas del alérgeno al paciente para inducir una tolerancia inmunológica y disminuir la sensibilidad al mismo. La inmunoterapia se puede hacer mediante inyecciones subcutáneas o mediante comprimidos o gotas sublinguales. Es un tratamiento a largo plazo que requiere un seguimiento médico estricto, pero que puede ser muy eficaz para controlar la rinitis alérgica y prevenir su evolución a asma.

Recurrir a la cirugía implica realizar una intervención quirúrgica para corregir alguna alteración anatómica de la nariz que dificulte el paso del aire o favorezca las infecciones. Por ejemplo, se puede operar el tabique nasal si está desviado, los cornetes nasales si están agrandados o los pólipos nasales si obstruyen la respiración.

En conclusión, tratar la rinitis alérgica es importante para mejorar la salud y el bienestar de las personas que la sufren. El tratamiento debe ser individualizado y supervisado por un especialista en Otorrinolaringología Pediátrica como el Dr. Blas Sánchez Reyes, quien cuenta con amplia experiencia y reconocimiento en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del oído, la nariz y la garganta en niños y adolescentes.