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¿Qué es la amigdalitis y qué tipos hay?

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, dos masas de tejido linfático que se encuentran a ambos lados de la garganta y que tienen una función inmunológica. La amigdalitis puede ser causada por virus o bacterias, y se puede presentar de forma aguda o crónica.

Los tipos más comunes de amigdalitis son los siguientes:

  • Amigdalitis aguda: Es la forma más frecuente y suele durar entre 3 y 10 días. Se caracteriza por dolor de garganta, fiebre, dificultad para tragar, enrojecimiento e hinchazón de las amígdalas, y a veces, placas de pus. La mayoría de los casos son causados por virus, como el adenovirus, el rinovirus o el virus de Epstein-Barr. En algunos casos, la causa puede ser bacteriana, sobre todo por el estreptococo del grupo A, que produce la llamada amigdalitis estreptocócica.
  • Amigdalitis crónica: Es aquella que se repite con frecuencia (más de 4 episodios al año) o que persiste por más de 3 meses. Los síntomas son similares a los de la amigdalitis aguda, pero menos intensos y más prolongados. La causa suele ser bacteriana, y se asocia con la presencia de criptas o huecos en las amígdalas donde se acumulan restos de comida, moco y microorganismos.
  • Angina de Plaut-Vincent: Es un tipo raro de amigdalitis que afecta solo a una amígdala y que produce una úlcera necrótica con un borde grisáceo. Se debe a la infección por dos bacterias anaerobias: Fusobacterium necrophorum y Borrelia vincentii. Los síntomas son dolor intenso, mal aliento, fiebre baja y adenopatías cervicales.

El tratamiento de la amigdalitis depende de la causa y la gravedad. En general, se recomienda reposo, hidratación, analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y la inflamación. Si la causa es bacteriana, se puede indicar un antibiótico específico para eliminar la infección. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía para extirpar las amígdalas (amigdalectomía), sobre todo si hay complicaciones o recurrencias frecuentes.

La prevención de la amigdalitis pasa por evitar el contacto con personas enfermas, lavarse las manos con frecuencia, mantener una buena higiene bucal y evitar el tabaco y el alcohol.

Fuentes