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Recomendaciones para tratar una infección de oído

Una infección de oído es una inflamación del oído medio causada por una bacteria o un virus. El oído medio es el espacio lleno de aire detrás del tímpano que contiene los pequeños huesos que transmiten el sonido. Las infecciones de oído son más comunes en los niños que en los adultos y pueden provocar dolor, fiebre, dificultad para oír y secreción de líquido del oído.

La mayoría de las infecciones de oído se resuelven por sí solas en unos días, pero a veces se necesitan antibióticos para eliminar la infección, especialmente en los casos más graves y en los bebés menores de 6 meses. El médico puede diagnosticar una infección de oído examinando el oído con un instrumento con luz llamado otoscopio y observando si hay signos de líquido o inflamación en el oído medio.

Para aliviar el dolor causado por una infección de oído, el médico puede recomendar el uso de analgésicos de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno, o gotas óticas que contengan anestésicos locales. También se puede aplicar calor seco o húmedo sobre el oído afectado, como una compresa tibia o una botella de agua caliente envuelta en una toalla. Se debe evitar mojar el oído infectado y se debe mantener la cabeza elevada al dormir para facilitar el drenaje del líquido.

Algunas personas son propensas a tener varias infecciones de oído, lo que puede causar problemas de audición y otras complicaciones graves, como la perforación del tímpano, la mastoiditis (inflamación del hueso detrás del oído) o la meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal). En estos casos, el médico puede recomendar una cirugía para colocar pequeños tubos dentro de los oídos que permitan el paso del aire y el líquido desde el oído medio hasta el exterior. Estos tubos suelen caerse por sí solos después de unos meses.

Las infecciones de oído pueden prevenirse siguiendo algunas medidas higiénicas y de cuidado personal, como lavarse las manos con frecuencia, evitar el humo del tabaco, vacunarse contra la gripe y el neumococo, amamantar a los bebés al menos durante los primeros seis meses de vida y no usar chupetes después del primer año de edad. También se debe evitar introducir objetos extraños en el oído, como hisopos de algodón, horquillas o cuentas, ya que pueden dañar el tímpano y favorecer las infecciones.

Si tiene alguna duda o consulta sobre las infecciones de oído, no dude en contactar con el Otorrino Dr. Blas Sánchez, especialista en Otorrinolaringología Pediátrica, que le ofrecerá una atención personalizada y de calidad para cuidar la salud auditiva de sus hijos.