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Las claves de la enfermedad de Ménière

La enfermedad de Ménière es un trastorno del oído interno que afecta a la audición y al equilibrio. Se caracteriza por episodios de vértigo, tinnitus, sensación de presión en el oído y pérdida auditiva fluctuante. Suele afectar a un solo oído y se presenta con mayor frecuencia entre los 40 y los 60 años.

En este artículo, el Dr. Blas Sánchez Reyes, otorrinolaringólogo pediatra, nos explica las claves de la enfermedad de Ménière, sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.

¿Qué causa la enfermedad de Ménière?

La causa exacta de la enfermedad de Ménière no se conoce con certeza, pero se cree que está relacionada con un aumento de la presión del líquido endolinfático en el oído interno. Este líquido es el encargado de transmitir las señales de sonido y movimiento al cerebro. Cuando hay un exceso de líquido, se produce una alteración en el funcionamiento del oído interno que provoca los síntomas de la enfermedad.

Algunos factores que pueden contribuir al aumento de la presión del líquido endolinfático son:

  • Una obstrucción o una malformación del oído interno que impide el drenaje adecuado del líquido.
  • Una infección viral que afecta al oído interno.
  • Un trastorno autoinmunitario que hace que el sistema inmunitario ataque al oído interno.
  • Una predisposición genética que hace que algunas personas sean más susceptibles a la enfermedad.

¿Qué síntomas produce la enfermedad de Ménière?

Los síntomas de la enfermedad de Ménière suelen aparecer en forma de crisis o ataques que duran desde unos minutos hasta varias horas. Los síntomas más frecuentes son:

  • Vértigo: es una sensación de que todo gira alrededor o de que uno mismo gira. Puede ser muy intenso y provocar náuseas, vómitos y pérdida del equilibrio.
  • Tinnitus: es un ruido o zumbido en el oído que solo percibe el paciente. Puede ser constante o intermitente y variar en intensidad y tono.
  • Hipoacusia: es una disminución de la capacidad auditiva que puede ser temporal o permanente. Suele afectar más a las frecuencias graves y puede oscilar entre una leve dificultad para escuchar hasta una sordera total.
  • Plenitud auricular: es una sensación de presión o congestión en el oído que puede preceder o acompañar a los otros síntomas.

Los síntomas pueden variar en cada persona y en cada ataque. Algunas personas pueden tener episodios muy frecuentes y otros muy espaciados. Con el tiempo, los ataques pueden disminuir en número, pero aumentar en severidad y dejar secuelas auditivas permanentes.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Ménière?

El diagnóstico de la enfermedad de Ménière se basa en la historia clínica del paciente, los síntomas que presenta y las pruebas complementarias que se realizan para descartar otras posibles causas de vértigo y pérdida auditiva.

Entre las pruebas más habituales se encuentran:

  • Audiometría: es una prueba que mide el nivel de audición del paciente en diferentes frecuencias sonoras.
  • Impedanciometría: es una prueba que mide la presión y la movilidad del tímpano y la cadena de huesecillos del oído medio.
  • Pruebas vestibulares: son pruebas que evalúan el funcionamiento del sistema vestibular, responsable del equilibrio. Entre ellas se encuentran la prueba calórica, la prueba rotatoria y la videonistagmografía.
  • Resonancia magnética: es una prueba de imagen que permite visualizar el oído interno y descartar otras patologías como tumores, infecciones o malformaciones.

¿Cómo se trata la enfermedad de Ménière?

El tratamiento de la enfermedad de Ménière tiene como objetivo aliviar los síntomas, prevenir las crisis y preservar la audición. No existe una cura definitiva para la enfermedad, pero existen diferentes opciones terapéuticas que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Entre las medidas generales que se recomiendan se encuentran:

  • Evitar los factores desencadenantes o agravantes de las crisis, como el estrés, el ruido, el alcohol, el tabaco, el café, el chocolate y el exceso de sal.
  • Seguir una dieta equilibrada y beber abundante agua para mantener una buena hidratación.
  • Realizar ejercicios físicos moderados y evitar los movimientos bruscos de la cabeza.
  • Tomar medicamentos para el vértigo, el tinnitus y la hipoacusia según las indicaciones del médico. Algunos de los fármacos más utilizados son los antihistamínicos, los antieméticos, los diuréticos, los corticoides y los vasodilatadores.
  • Realizar ejercicios de rehabilitación vestibular para mejorar el equilibrio y la adaptación al vértigo.
  • Utilizar audífonos o implantes cocleares en caso de pérdida auditiva severa o profunda.

En algunos casos, cuando el tratamiento médico no es suficiente o los síntomas son muy incapacitantes, se puede recurrir a la cirugía. Existen diferentes técnicas quirúrgicas que pueden aplicarse según el caso, como la descompresión del saco endolinfático, la laberintectomía o la neurectomía vestibular.

Si usted sufre de vértigo, tinnitus, pérdida auditiva o sensación de presión en el oído, no dude en consultar al Dr. Blas Sánchez Reyes, otorrinolaringólogo pediatra con amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Ménière.