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¿Conoces la hipertrofia de cornetes?

Los cornetes son unas estructuras que se encuentran en el interior de la nariz y que tienen la función de humidificar, filtrar y calentar el aire que respiramos. Hay tres cornetes a cada lado de la cavidad nasal: el superior, el medio y el inferior. El cornete inferior es el más grande y el que suele causar problemas cuando se inflama o aumenta de tamaño. Esto se llama hipertrofia de cornetes y puede afectar a la calidad de vida de las personas que la padecen.

La hipertrofia de cornetes puede tener varias causas, entre las que se encuentran:

  • La rinitis alérgica, que es una reacción del sistema inmunológico a sustancias como el polen, el polvo o los ácaros.
  • La rinitis no alérgica o vasomotora, que es una alteración del control nervioso de los vasos sanguíneos de la nariz.
  • Los cambios en la temperatura o humedad del aire, que pueden provocar una dilatación o contracción de los cornetes.
  • El uso de ciertos medicamentos u hormonas, como los anticonceptivos o los descongestionantes nasales.
  • Los resfriados recurrentes, que pueden inflamar la mucosa nasal y los cornetes.
  • La exposición a productos químicos, como el humo del tabaco o la contaminación ambiental.
  • El estrés emocional, que puede afectar al tono muscular de los cornetes.

Los síntomas más frecuentes de la hipertrofia de cornetes son:

  • La sensación de nariz taponada y obstrucción nasal, que puede dificultar la respiración y alterar el sueño.
  • El dolor de cabeza, debido a la presión que ejercen los cornetes sobre los senos paranasales.
  • Las secreciones de moco, que pueden descender desde la nariz hasta la garganta y causar tos o irritación.
  • La sinusitis, que es una infección e inflamación de los senos paranasales.
  • Los ronquidos, que se producen por la vibración del aire al pasar por la nariz obstruida.
  • La boca seca, que se debe a la falta de humedad en las vías respiratorias.
  • La disminución del sentido del olfato, que puede afectar al gusto y al apetito.
  • El mal aliento, que se origina por la acumulación de bacterias en la nariz y la garganta.
  • El prurito nasal, que es una sensación de picor o irritación en la nariz.
  • La apnea nocturna, que es una interrupción momentánea de la respiración durante el sueño.
  • El dolor en la base de la nariz, que puede irradiarse hacia los ojos o las mejillas.
  • Los estornudos, que son una respuesta refleja a la irritación nasal.
  • La hemorragia nasal o epistaxis, que se produce por la rotura de los vasos sanguíneos de los cornetes.
  • La voz nasal o metálica, que se debe a la alteración del paso del aire por las cuerdas vocales.
  • La pérdida auditiva o hipoacusia, que se debe a la obstrucción del conducto auditivo por el moco o la presión.
  • Los oídos taponados, que se deben a la alteración del equilibrio entre las presiones interna y externa del oído.

El diagnóstico de la hipertrofia de cornetes se basa en la historia clínica del paciente y en una exploración física de la nariz. Para ello se utiliza un instrumento llamado rinofibroscopio, que permite visualizar el interior de la cavidad nasal y los cornetes. También se pueden realizar otras pruebas complementarias, como un examen citológico nasal, una rinomanometría o unas pruebas de alergia.

El tratamiento de la hipertrofia de cornetes depende de la causa, la gravedad y la respuesta del paciente. En algunos casos se puede optar por un tratamiento conservador, que consiste en el uso de soluciones nasales, antihistamínicos, corticoides o antibióticos. Sin embargo, cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente o la hipertrofia es severa, se puede recurrir a una intervención quirúrgica.

La cirugía de los cornetes tiene como objetivo reducir el tamaño de los mismos y mejorar el paso del aire por la nariz. Existen diferentes técnicas quirúrgicas, que se pueden clasificar en dos grupos:

  • Las técnicas ablativas, que consisten en extirpar parte del tejido de los cornetes mediante bisturí, láser o radiofrecuencia.
  • Las técnicas no ablativas, que consisten en modificar la forma o posición de los cornetes mediante suturas, implantes o injertos.

La elección de la técnica quirúrgica depende de las características de cada paciente y del criterio del especialista. En general, se busca preservar la función de los cornetes y evitar complicaciones como la atrofia, la sequedad o la perforación nasal.

Si sufres de hipertrofia de cornetes y quieres mejorar tu calidad de vida, te recomendamos que consultes con el Dr. Blas Sánchez Reyes, un experto otorrinolaringólogo pediatra que te ofrecerá un diagnóstico personalizado y un tratamiento adecuado a tus necesidades.